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Libros

NOVEDAD: COVALVERDE

1ª edición Julio de 2015

205 páginas, rústica

Ed. del autor

Portada por Antonio Morales

PVP: 14 €

En esta novela el autor cuenta aquello que te contaron a medias o que nunca te contaron.

Estamos en los meses de agosto, septiembre y octubre de 1936, en un pequeño pueblo del valle del Tiétar, en la provincia de Ávila, en el que la guerra causará estragos hasta el punto de diezmar su población.

Covalverde

Ed. del autor

2015

[...] el tiempo, descubridor de todas las cosas, no se deja ninguna que no la saque a la luz del sol, aunque esté escondida en los senos de la tierra.

El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes Saavedra.

 

En esta novela el autor cuenta aquello que te contaron a medias o que nunca te contaron.

Estamos en los meses de agosto, septiembre y octubre de 1936, en un pequeño pueblo del valle del Tiétar, en la provincia de Ávila, en el que la guerra causará estragos hasta el punto de diezmar su población.

Poemas del fuego

Ed. Celya

2010

“Volverán los árboles”

Este libro está dedicado a Javier Las Heras, que perdió la vida en este incendio.

 

Escribí sobre los dos grandes temsa poéticos trabados en un mismo desastre, como lo fue el desolador incendio de los días 28, 29 y 30 de julio de 2009: el amor y la muerte. Amor a una manera de vivir, a un ecosistema, a un paisaje, y muerte, la muerte de todo ello en unas horas... La desaparición de un mundo, pues el mundo no es más a la postre que el espacio en que habitamos. La Luna no es nuestro mundo, ni Nueva York, ni Pekín. Nuestro mundo eran Las Morañegas, el Pozo de la nieve, La Rubía, Las Helechosas, el pino Crispín, Barrancón... los brezales de la Ladera.

Hacia donde no soy

Edición del autor

2008

“Soy la nieve y la luz del manzano”

 

La vida esta vacía si los actos no terminan en verso. Afán de comunicación. De contar, de cantar. De contarme… Invitación a una incertidumbre irrenunciable.
Una aldea, un mundo que se acaba. Rural, lo rural más olvidado. Sin añoranza, sin compasión, sin esperanza. Una aldea que huele a humo y elabora rosquillas nevadas.
Ojos que aman el “hueso territorio”, desgastan  la geografía de tanto mirarla en busca de un verso… Le di muchas vueltas al poemario, finalmente fue desapareciendo de mi cabeza, que es la mejor manera de saber que está listo para vosotros.

Talladas piedras padre

Ed. Celya

2005

 

Hay poemarios que son una necesidad. Si no tejemos esa congoja, nos ahoga. Hablé con mi padre muerto, le dije como estaban los álamos en el camino… Caí en el tópico de la muerte, aun sabiendo que nuestra muerte es parte de nuestra vida y que muere con nosotros. Quiero decir que la coloqué en un plano literario como algo ajeno, externo…

El libro no es una elegía, alguien dijo que es un canto de amor. Ojala lo sea. Para mí, es sagrado.

Hojas de lluvia

Ed. Celya

2003

 

Todo estaba empapado. Nieblas perpetuas y borrascas de sudoeste descargaban al norte de Extremadura. Rocío: “lluvia en camisa por los surcos abiertos de los huertos.” Una blusa que se abre al calor del sofá mientras fuera llueve y sigue lloviendo. Escribí sintiendo que el aire se llenaba de peces y que los gorriones remaban buscando el arrecife del próximo tejado.

La verdad es que lo tuve fácil, esta es una tierra en la que aún caen al año 1300 litros por metro cuadrado, según información de mi querido amigo Victorio Jiménez Iglesias.

Diario de un albañil

Ed. Celya

2001

 

No es una experiencia pasajera en la albañilería. Es el fruto de una relación de más de treinta años. Aquí cuando se habla del frío es que estaba helando y cuando “hasta las chicharras se han pasado de rosca” sencillamente nos estábamos asando… Pero ya se sabe: “haber nacido para obispo y no para aclimatar el cuerpo a semejante designio…”

Saqué de la escombrera y del mareo del hormigón este poemario que arde como un piornal florecido en las laderas de Gredos.

Las alas de la sangre

Col. La hoja de roble

Ed. Caja de Ahorros de Ávila

1999

 

Enfermé. De pronto era incapaz de realizar las labores de fuerza y acarreo a las que me había acostumbrado desde niño. Me era imposible levantar un fardo, tensar una cuerda… Escribí y escribí y nació este libro ambientado en siglos oscuros, con personajes a los que les falta un brazo, mujeres que han sido violadas, personas que simplemente han caído en una trampa…
Lo publicó Caja de Ávila en una espléndida colección que se llamó “La hoja de roble”.

El vendedor de cerezas

Ed. Celya

2013

Aquella mujer... ¿cómo decirlo? No me malinterpreten. Si fuera capaz de describirla... No con su perfume, sino con su aroma; no con sus ojos, sino con lo que sus ojos sentían en el momento en el que su marido la observaba a través de la mirilla de la cámara; no con sus manos, sino con cada uno de sus dedos ahuecándose el pelo, apaciblemente, mientras colocaba el cuerpo en posición propicia para la foto...

Si fuera capaz de describirla... tal vez consiguiera ser un buen dibujante de transeúntes efímeros. Pero yo solo soy un vendedor de cerezas clandestino en un paso de montaña.

© 2015 por SANTOS JIMÉNEZ

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